Dead Space, al contrario de lo que he podido ver en otros juegos en los que el personaje aparece en la misma posición en la pantalla que nuestro protagonista, dispone de bastantes funcionalidades integradas en lo que es el cuerpo. La capacidad electromagnética (levantar en el aire objetos para lanzarlos o utilizarlos para desbloquear puertas), los cambios 180º (el personaje se gira en el sitio si sentimos por ejemplo que algo se acerca por detrás) o todo lo relacionado con la recarga de munición. En este último aspecto, también se utiliza el giroscopio para poder cambiar la inclinación de disparo del arma, con el propósito de acertar mejor a un objetivo o matar algunos de los enemigos de forma más rápida.
Teniendo en cuenta la cantidad de funciones que disponemos para interactuar con nuestro personaje y nuestro entorno, al principio (y mientras no hay enemigos) el juego nos va indicando durante un rato como podemos utilizar estas funciones, después (y no nos queda otra) lo haremos de forma casi instintiva.
Como arma básica y con munición “inagotable” dispondremos en todo momento de una “Sierra de Plasma” que aparecerá automáticamente en momentos de lucha cuerpo a cuerpo o dentro de combos para quitarte de encima a necromorfos que están a punto de acabar con tu vida.
A partir de ahí el resto de armas son variadas y más o menos potentes. Sierras, “granadas”, lasers, una amplia gama de elementos con los que jugar a matar “Muertos”.
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